Tras varios años como gerente comercial de Pacific Nut, y un breve paso en el entretenido mundo de la cerveza, en una empresa que desarrollaba su proceso de internacionalización, a José Tomás Quezada, lo llamaron para que asumiera la gerencia general de Agrícola Siemel.

Aceptó, y ocupa el cargo desde agosto.

Agrícola Siemel no es una empresa cualquiera. Con más de 200 colaboradores, esta firma pertenece al grupo Angelini, contando con una rama frutícola que se desarrolla en Buin, y otra completamente distinta ubicada en la región de Aysén, dedicada a la producción de carne bovina y ovina, lana y quesos de oveja.

En su división frutícola, opera en dos campos, Fundo El Parrón y Fundo El Recurso, que en conjunto abarcan aproximadamente 500 hectáreas, regadas por las aguas del río Maipo. En estas tierras se cultivan cerezas, almendras y ciruelas europeas. En el caso de estas últimas, la empresa cuenta con una planta de deshidratado y procesamiento propio, lo que les permite integrarse plenamente en la cadena de valor, realizando internamente todo el proceso de exportación. Este modelo asegura el control de calidad y la eficiencia en cada etapa, desde la producción hasta la distribución internacional.

Los desafíos que enfrenta son diversos. En lo que respecta específicamente al área frutícola, las tareas inmediatas para el 2025 contemplan terminar de plantar la superficie disponible del “Fundo El Parrón” con las últimas 30 hectáreas que se destinaran a cerezos. Completada esta etapa, el trabajo se enfocará en la renovación de los frutales que han cumplido su ciclo productivo.

Respecto de la planta, ésta cuenta con tecnología de punta que permite procesar su producción de ciruelas y la de terceros con eficiencia y calidad reconocida por el mercado internacional, con un control total del producto. Alrededor del 50% del negocio total de Agrícola Siemel proviene justamente del negocio integral de la ciruela, fresca o deshidratada, propia o ajena.

“Nosotros realizamos exportaciones por 2.800 toneladas de ciruela seca y nuestra planta de secado tiene una capacidad para 6.500 toneladas, entonces, prestamos el servicio a otras exportadoras”, dice José Tomás Quezada, quien agrega que para este fruto se cuenta con 280 hectáreas plantadas, principalmente destinado a deshidratada, mientras que una parte menor se destina a fresco.

 

Potenciando un camino comercial

El ejecutivo señala que en Siemel están en una etapa de crecimiento y desarrollo, para la cual, ha sido llamado a participar. La vía de crecimiento puede ir en diversos sentidos: crecer en los cultivos con los frutos que ya se tiene, explorar nuevos, o un mix de ambos. Plantea también la mencionada renovación de algunos árboles, y de nuevas inversiones en tecnología en la planta que permitan bajar costos.

Pero lo que sí está muy claro es el potenciamiento del camino comercial.

En materia exportadora, señala que el foco, por años, ha sido trabajar con pocos clientes, muy buenos en tamaño, por largo tiempo y en mercados en los que se sientan seguros. Dentro de los desafíos relevantes que se plantea la firma, ahora, es hacer crecer el número de clientes tanto de un mismo país (retailers, distribuidores), como en el número de países a los que se destina la ciruela deshidratada. “El buen trabajo que se ha hecho previamente, en materia de fidelización con clientes de gran tamaño, ahora lo queremos hacer extensivo y replicar a otros”, añade.

Y para ello, en los próximos días viajará a Europa para iniciar una ronda de encuentros con distintos clientes y prospectos, y a participar de la Feria Internacional SIAL -Paris 2024, una de las ferias de productos alimenticios más relevantes del mundo y que se llevará a cabo entre el 19 y 23 de octubre.

“En mi experiencia laboral me ha tocado realizar un trabajo comercial muy extenso e intenso, siendo éste uno de los focos principales por el que he llegado a Siemel. Había un camino bien hecho que queremos potenciar. Y así, lograremos aparecer en el mapa de los grandes compradores globales, europeos y asiáticos”.

Entre ellos, China -dice-, vive un momento especial como un mercado muy significativo para nuestras exportaciones, que consume tanto el fresco como el deshidratado y que hoy es sin duda el principal destino de la producción nacional.

“China, en muchos casos, es nuestra mejor alternativa, pero también es una incógnita cómo será a futuro su comportamiento, sobre todo cuando se habla de las inmensas plantaciones de ciruelos que están realizando en ese país. Frente a eso dos consideraciones: muy bien el trabajo de Chileprunes en promocionar la ciruela deshidratada chilena en un país con tremendas proyecciones como India, y que puede aflorar como una buena alternativa en materia de diversificación. Y segundo, si China llega a producir en grandes cantidades, probablemente, sea competencia en calibres pequeños, y ahí debemos estar muy atentos para hacernos más fuertes en los calibres de mayor tamaño, producto con el cual estamos bien evaluados”, expresa José Tomás Quezada.

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